Toute présence se mêle avec les pierres
Theo Viardin
20 Marzo - 28 Mayo, 2021

«Toute présence se mêle avec les pierres», exposición individual de Théo Viardin. Vista de la instalación en L21. 

«Toute présence se mêle avec les pierres», exposición individual de Théo Viardin. Vista de la instalación en L21. 

Tout doucement, il est possible d’entendre les pierres murmurer, 2021. Óleo sobre lienzo. 100 x 80 cm

Un petit peu de temps glisse entre mes doigts. Óleo sobre lienzo. 100 x 80 cm

«Toute présence se mêle avec les pierres», exposición individual de Théo Viardin. Vista de la instalación en L21. 

Quelle erreur ai-je commise?, 2021. Óleo sobre lienzo. 97 x 130 cm

«Toute présence se mêle avec les pierres», exposición individual de Théo Viardin. Vista de la instalación en L21. 

Là où le regard se distort, 2021. Óleo sobre lienzo. 150 x 100 cm

«Toute présence se mêle avec les pierres», exposición individual de Théo Viardin. Vista de la instalación en L21. 

Les rayons de lumière de la fin d’après-midi tombent comme des morceaux de feu, 2021. Óleo sobre lienzo. 97 x 130 cm

Una conversación con Théo Viardin en ocasión de su exposición

 

Cristina Ramos: “Toda presencia se funde con las piedras”. El título de la exposición enreda la idea de que las figuras pertenecen a la tierra y, al mismo tiempo, también podría referirse al hecho de que están hechas de la misma materia que las piedras: calcita, dolomita, feldespato. ¿Podría una figura humana convertirse en una montaña?

 

Théo Viardin: Puede que sí, si se queda quieta el tiempo suficiente…
Las piedras son interesantes en lo que respecta a la pintura porque tienen colores muy particulares, brillo y transparencia. Además, las piedras son silenciosas, quietas, mudas; me parecen hermosas porque parece que guardan un secreto. También hay algo conmovedor en su permanencia. Al hablar de las rocas, la escritora de ciencia ficción Ursula K. Le Guin dijo que las piedras son pequeñas entidades, que tienen un peso, una presencia, y que van a durar más que nosotros nadie sabe cuánto tiempo.

 

Intento trabajar mis figuras relacionándolas con elementos naturales, al menos a nivel intelectual. Me ayuda a pintar con un sentimiento o una tonalidad determinada. Además, me permite abstenerme de la representación humana realista para trabajar formas más expresivas.

 

CR: En “The Carrier Bag Theory of Fiction” (1986) Ursula K. Le Guin escribe maravillosamente sobre contenedores, héroes y bolsas. Una botella también es un contenedor, una cosa que contiene otra cosa. Un cuadro también puede ser una funda. Puedes llevártela a casa, o guardarla o ponerla en algún sitio, como en la sala de una galería. “Un petit peu de temps glisse entre mes doigts” (Un poco de tiempo se escapa entre mis dedos) representa una figura robusta que sostiene agua en la palma de la mano, aunque obviamente necesite un recipiente externo para sostenerlo. ¿Es una metáfora del tiempo? ¿Quizás tus lienzos podrían considerarse gotas de agua que contienen imágenes de nuevas historias?

 

TV: Sí, es una metáfora del tiempo, pero una vez que el lienzo está pintado, paradójicamente la imagen está cristalizada, ya no puede moverse. Estamos en la era del corto plazo, donde todo evoluciona excesivamente rápido y tiende a crear una sensación de emergencia. Pintar lenta y minuciosamente es una forma de captar este tiempo. Intento ver cada cuadro como una escena, una pequeña cápsula procedente de un tiempo o lugar lejano donde el tiempo va mucho más lento.

 

CR: ¿Estás construyendo de alguna forma una visión del destino humano? ¿Como una representación de los seres vivos que habrá en un futuro lejano? Me vienen a la mente imágenes de un estilo de vida de cazadores- recolectores, como los Eloi de la “Máquina del Tiempo” de H.G. Wells (1895), criaturas parecidas a los humanos que viven en sintonía con su entorno una vez que la Revolución Industrial ha fracasado. Hay una sensación de movimiento cíclico en tus cuadros, también en la forma en que has elegido exponerlos.

 

TV: Al igual que muchas personas en los últimos años, me sentí abrumado por la preocupación sobre el estado de nuestro mundo y nuestro futuro como humanidad. Aunque no sea necesariamente la historia que quiero contar, este tema subyacente alimentó necesariamente mi trabajo. Lo más probable es que nuestro futuro se parezca a nuestro lejano pasado en muchos aspectos, y me gusta intentar retratar este tiempo lejano con imágenes suaves y serenas. Sea lo que sea lo siguiente, más vale que lo hagamos deseable, ¿no?

 

 

Théo Viardin (París, Francia, 1992) es un artista francés afincado en París. Estudió Diseño Gráfico en Nantes y Tolouse y co-fundó Embuscade, un estudio de creación visual en 2015. Habiendo iniciado su práctica pictórica en los últimos años, Viardin trabaja principalmente con pintura al óleo para desarrollar un enfoque narrativo basado en la investigación de la representación humana. A través de la repetición de personajes, colores, actitudes y objetos, Viardin representa progresivamente un mundo lejano que posee su propia cultura y sus figuras canónicas. Cada cuadro es una escena que desvela una parte de una historia lejana, o una pieza de un puzzle incompleto.

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