La primera exposición individual de Taylor White en España, titulada «Meat Dream», sirve como una oda a la no estructura.

En este reciente conjunto de obras, nos encontramos con casas inestables y sillas de oficina vibrantes, transformando estos arquetipos en estructuras complejas y desesperadas por el movimiento, reminiscentes de imágenes escultóricas.

Al observar las pinturas, podemos visualizar el frenético proceso de dibujo, ese impulso inmediato de dibujar directamente sobre el lienzo, dejando todo en un estado crudo y sin filtrar.

Las «imágenes» son reconocibles, conocemos la casa, la silla, todos estos modelos ingenuos de nuestra crianza. El uso de símbolos familiares los hace identificables, pero la fuerza y profundidad los hace distintivos. El enfoque intuitivo de White para el dibujo altera las proporciones debido al ritmo rápido y dinámico de la pintura.

La obra transmite una sensación palpable de estar «al límite», atrapado en una dicotomía de pánico y euforia. En los dibujos percibimos la compresión, la urgencia de producir que es evidente en cada serie. La superposición de dibujos crea una sensación de movimiento perpetuo que aumenta el espectro paradójico de sentimientos.

Al completar este conjunto de obras, nos lleva a cuestionar las emociones subyacentes asociadas con estos arquetipos. ¿Sentimos lo mismo hacia una casa? ¿Hacia una silla? ¿Qué representan realmente estos símbolos en nuestro paisaje societario actual?

Al abordar, adaptar y reestructurar estos arquetipos, surge un nuevo significado. A través de una perspectiva humorística y oscura hacia estos prototipos conocidos, encontramos simplicidad y nos sumergimos para cancelar las influencias externas.

En una entrevista, el artista reveló que cuando comenzó a pintar, el arte se apoderó de su hogar, obligándolo a mudarse. Es esta sensación de urgencia la que resuena fuertemente en sus obras, evocando una sensación de inmediatez e intensidad. En la misma entrevista, White admitió sentirse intimidado inicialmente por la teoría del color y los principios del arte, pero todo cambió cuando comenzó a depender de la intuición. Y esta propuesta es la que se muestra hoy.

Zé Ortigão