Pretty Thug
Fátima de Juan
03 Junio - 07 Septiembre, 2022

Pretty Thug, exposición individual de Fátima de Juan. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2022.

Pretty Thug, exposición individual de Fátima de Juan. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2022.

Pretty Thug, exposición individual de Fátima de Juan. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2022.

Pretty Thug, exposición individual de Fátima de Juan. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2022.

Pretty Thug, exposición individual de Fátima de Juan. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2022.

Pretty Thug, exposición individual de Fátima de Juan. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2022.

Pretty Thug, exposición individual de Fátima de Juan. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2022.

Pretty Thug, exposición individual de Fátima de Juan. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2022.

FÁTIMA DE JUAN

Everyday I’m hustlin, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

350 x 250 cm

FÁTIMA DE JUAN

Thug Mami 1, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

250 x 350 cm

FÁTIMA DE JUAN

God is a girl, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

350 x 250 cm

FÁTIMA DE JUAN

Thug Mami 2, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

250 x 350 cm

FÁTIMA DE JUAN

See you later alligator, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

200 x 170 cm

FÁTIMA DE JUAN

Tarantulín 2, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

162 x 162 cm

FÁTIMA DE JUAN

Tarantulín, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

162 x 162 cm

FÁTIMA DE JUAN

Dinozapato 2, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

162 x 162 cm

FÁTIMA DE JUAN

Dinozapato, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

162 x 162 cm

FÁTIMA DE JUAN

Shuriken 2, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

101 x 61 cm

FÁTIMA DE JUAN

Shuriken 1, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

66 x 111 cm

FÁTIMA DE JUAN

Shuriken 3, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

81 x 66 cm

FÁTIMA DE JUAN

Shuriken 4, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

61 x 61 cm

FÁTIMA DE JUAN

Crocodile in a new address, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

200 x 300 cm

FÁTIMA DE JUAN

Shuriken Mami, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

200 x 170 cm

FÁTIMA DE JUAN

Sugar mami, 2022

Acrílico y spray sobre lienzo

140 x 160 cm

FÁTIMA DE JUAN

This is not candy, 2022

Impresión 3D en resina y pintura en spray

128 x 40 x 40 cm

Estoy fuerte como Xena La Guerrera

A mí nadie me enseñó el camino

Sola llene la cartera,

no hizo falta vender kilos

Ni ir de gangster, ni ir de na

Entre la niebla esquivando los fantasmas

 

L21 Gallery presenta Pretty Thug, primera exposición individual de Fátima de Juan. El proyecto reúne, en la sala grande de S’Escorxador, los motivos más emblemáticos de la artista mallorquina, todos sus hits en un único espacio. El título hace referencia a un conocido tema de Prodigy of Mobb Deep y, por sí solo, es toda una declaración de intenciones.

Bonita y traviesa, no es una contradicción. Además de una evidente dulzura y un exuberante atractivo, las protagonistas de los cuadros de Fátima de Juan derrochan carácter, mucha fuerza y una actitud guerrera. Ingobernables, no necesitan a nadie que las proteja.

Fátima de Juan ha desarrollado su lenguaje, tan personal como reconocible, pintando en la calle. En las paredes de ladrillos realiza graffitis y murales. De su barrio natal en la periferia de Palma hasta Canadá, personajes y letras (¡Xena!) le dieron a conocer. Fue quebrando las barreras que existen, al ser mujer, en el mundo del graffiti (y no sólo). Afortunadamente, estas adversidades parecen disiparse cada día más, aunque la ignorancia siga teniendo sus últimos estertores.

En el espacio blanco impoluto, casi sagrado, de la galería, Fátima de Juan mantiene su iconografía y, desafiando las medidas domésticas habituales, presenta en esta ocasión lienzos enormes cuyos personajes parecen incluso superar los límites impuestos por el marco. Toda la superficie es ocupada por figuras pintadas con acrílicos, spray y muchas otras técnicas más propias del tuning que de las bellas artes. Mejor así; la autenticidad del contenido y su forma son incontestables. 

En este pasaje del exterior al interior, de la calle a la sala de exposiciones, la artista ha ido introduciendo un notable cuidado en los detalles y mucho esmero en el tratamiento de las superficies, sin perder la esencia de su lenguaje. El pintar sobre lienzo le ha permitido detenerse en aquellos pormenores que en los graffitis, al verse de lejos, no lucen de manera tan evidente como en las telas. Ahora, según nos acercamos, la superficie escupe pintura y reclama nuestra atención. Sus iconos nos apelan. Una vez superado el asombro inicial por la monumentalidad y rotundidad de lo representado, nos detenemos frente a ellos como atrapados, buscando y encontrando cosas. Si en la ciudad, sus murales nos hacían ver el barrio de manera distinta, más llevadera, ahora sus telas nos invitan a perdernos dentro de sus marcos pintados.

Gangsta chick

I need a gangsta chick

I want the gangsta do it with my gangsta chick

Give me the gangsta chick

 

Robert Crumb también anhelaba una Pretty Thug. Su fantasía se centraba no en las armas ni en lo quinqui a los que apunta Prodigy of Mobb Deep, sino en una actitud firme acompañada por un cuerpo potente, como las esculturas de Maillol. El gran Crumb se propuso enseñar, en muchos de sus cómics, a los últimos machirulos decadentes, como derrumbar los estereotipos, dejándose arrullar por la voluptuosidad personificada.

God is a girl, casi dan ganas de añadir: and a pretty thug one, indeed. Una luchadora, desafiante y armada, a cuerpo entero, con ojos a media asta y cara de pocos amigos, nos mira de frente, blandiendo un mangual. Un lienzo vertical enorme, 350 x 250 cm, al que acompañan dos telas horizontales, igual de grandes, Thug Mami 1 y Thug Mami 2. Un poco chonis, siempre tiernas aunque decididamente amazonas, algo futuristas.

Su calzado no es para desfilar, sino para luchar. Las chicas buenas van al cielo pero las malas, a todas partes. Para el largo recorrido que espera a Fátima, mejor llevar zapatos adecuados para dar pasos firmes: esos dinozapatos parecen ideales. Dragones, dinosaurios, tarántulas y caimanes irrumpen en este mundo, se confunden y se multiplican, juegan con las frutas que adornan sus retratos, se mueven sinuosamente entre la nuca y los pendientes. Son bestias mutantes, mezclas mansas y jocosas, quizá domesticadas por las mismas protagonistas, aunque mantengan intacta su energía salvaje y traviesa. A esta altura ya nadie espera la llegada providencial de un San Jorge para matar el dragón y salvar la doncella indefensa. No se precisa ninguna intervención, ni divina, ni masculina.

 

Aunque dejen claro de dónde vienen y qué lugar quieren ocupar, estas obras nos descolocan. Si es evidente el legado del graffiti urbano y de la cultura poligonera del DIY, hay algo más en estos lienzos, algo pegadizo. Una mezcla despreocupada de estilos y referencias, musicales y plásticas, alejadas entre sí. Es la cultura del mashup, “de supresión de fronteras, de superposición salvaje de estilos que nadie en su sano juicio querría mezclar, a menos que se hayan establecido conexiones ilógicas con una coherencia interna inesperada”, así describe Javier Blánquez esta especie de collage musical refiriéndose a las sofisticadas producciones de Rosalía o Björk.

Estando entre dos aguas, contra las etiquetas y las clasificaciones, es cuando se genera aquella tensión que, bien canalizada, atrapa la atención del espectador. El disfrute que provocan los lienzos de Fátima de Juan se genera en esta tensión entre opuestos, un lugar indefinible, entre Haute Couture y Athleisure. Porque si la distinción entre alta y baja cultura afortunadamente ya pasó, dejando su rastro carca, muchas otras barreras aún fastidian el andar. Aunque el campo de la expresión no tenga llaves, y la suya, pues es la suya.

Lo mío es punto y aparte

Tírame pa’lante

Calle, pero elegante

 

 

Francesco Giaveri

 

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