Mientras trabajaba en estos cuadros estuve escuchando mucha música, incluyendo las demos y grabaciones caseras de Bob Dylan y Robert Smith (dos de mis músicos favoritos). Siempre me han gustado este tipo de grabaciones, con su sonido natural, sin trucos, muy simple y directa.
Me di cuenta de que mi proceso de trabajo es similar, como escribir un diario, mis registros del día a día. Estas pinturas están hechas en un lienzo crudo, con solo dos colores, negro y rojo, como dos instrumentos entrelazados. Tienen una gran franqueza y son lo más honestos que he podido hacerlos. Lo que me interesa es capturar variaciones de un cuadro a otro. A menudo trabajo en series y quería que la exposición fuera como un álbum de grabaciones caseras, una serie de registros diarios (registros que, para mí, hacen eco de la palabra ricordo, memoria en italiano).
También me lleva de vuelta a esta idea, que me parece primordial hoy, de que el cuadro es un objeto hecho a mano a escala de aquel que lo produce. El trabajo de un amateur, en el noble sentido de la palabra. El artista (como el amateur o el do-it-yourselfer) trabaja con aquello que le rodea, lo que encuentra y recoge como formas, objetos, restos y fragmentos que incorpora en su cuadro, en ese preciso momento. Al contrario que la mayoría de imágenes a nuestro alrededor, sobre producidas para la pantalla, tocadas y retocadas con photoshop, el cuadro permanece un objeto singular, que incorpora el momento y las peculiaridades del mismo.
Lo que observamos pues en la exposición son los trazos de estos momentos vividos. Con estos cuadros me interesó igualmente la mezcla de figuras y una cierta forma de abstracción, las cuales se fusionan y unen. Ya sea un personaje, un zapato, una nube o una forma abstracta, una línea o una espiral; todo está hecho del mismo material: la pintura. Es una forma de reunir la figura y el sujeto, considerándolos al mismo tiempo como formas puras, una línea. Mi trabajo lleva mucho tiempo girando en torno a esta idea de un diseño claro y vivo, aquello que Shitao definió en sus Enseñanzas sobre pintura como “la verdad de un único trazo del pincel”.
Los títulos de las obras van en esta dirección, simple y descriptiva, como si etiquetáramos los cuadros para listarlos y recordarlos para más tarde. “Retrato”, “Zapato”, “Estudio”, “Paisaje”, Camión”, “Mano y carta”; son reducidos al propio sujeto, ontológico y descriptivo, la palabra y la cosa, el patrón y la idea, recogidos en el cuadro.
Notas para Home Recordings, Fabio Viscogliosi
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