SUGAR AND SPITE
CHARLINE TYBERGHEIN
12 Noviembre - 05 Enero, 2021

Sugar and Spite, exposición individual de Charline Tyberghein. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2021.

 

CHARLINE TYBERGHEIN 

“We live here now” pt. IV, 2021

Óleo sobre lienzo
120 x 100 cm

CHARLINE TYBERGHEIN 

“We live here now” pt. IV (detalle), 2021

Óleo sobre lienzo
120 x 100 cm

CHARLINE TYBERGHEIN 

“We live here now” pt. II, 2021

Óleo sobre lienzo

120 x 100 cm

Sugar and Spite, exposición individual de Charline Tyberghein. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2021.

 

CHARLINE TYBERGHEIN 

“We live here now” pt. I, 2021

Óleo sobre lienzo
120 x 100 cm

CHARLINE TYBERGHEIN 

“We live here now” pt. III, 2021

Óleo sobre lienzo
120 x 100 cm

CHARLINE TYBERGHEIN 

“We live here now” pt. III (detail), 2021

Óleo sobre lienzo
120 x 100 cm

Sugar and Spite, exposición individual de Charline Tyberghein. Vista de la instalación en L21 Gallery, 2021.

 

CHARLINE TYBERGHEIN 

Sugar and Spite, 2021

Oil on canvas
150 x 120 cm

CHARLINE TYBERGHEIN 

Sugar and Spite (detail), 2021

Óleo sobre lienzo
150 x 120 cm

SUGAR AND SPITE

 

Parece un lugar común pensar que los sueños son fenómenos privados. Al ocurrir mientras estamos en un estado de ensueño, es bastante difícil describirlos a otras personas. Y más aún explicar el significado del acto de soñar. No se puede señalar un lugar y decir a una niña: “Mira, eso es un sueño”. En ese vasto lugar se entra cada noche y se lleva cada mañana en la mente, y es a la vez una imagen de posibilidad y un teatro de ficción. La representación en los sueños es absurda y extraña desde el punto de vista de la realidad despierta, pero a pesar de su bizarrismo, los sueños contienen recuerdos y conexiones impensadas.

 

Las imágenes flotantes en los lienzos de Charline Tyberghein, – zapatos, manos, teléfonos llaves, colillas -, parecen habitar el mundo portátil del sueño. Llegando a nosotras a través de las hábiles manos de la artista bajo el título de “Sugar and Spite” (“Azúcar y Rencor), la exposición presenta una serie de nuevos lienzos, algunos de los cuales han sido producidos durante la residencia de la artista en L21. El título nos remite a dos elementos antagónicos que, aún perteneciendo a categorías semánticas diferentes – uno la materia dulce, el otro el deseo de herir- ambas existen como cualidades de las imágenes de Tyberghein, creando una narrativa heterogénea.

 

La relación entre los motivos “centrales” de los lienzos y los marcos que los delimitan es otra forma de romper el plano del cuadro para añadir perspectiva y profundidad, al mismo tiempo que permite a la artista encajar dos cuadros en uno. Entrelazando lo trágico y lo cómico, las imágenes dan forma a la sustancia y estructura de la vida misma (tanto a la consciente como la soñada), impregnando nuestra imaginación.

 

Al igual que los sueños, los cuadros de Tyberghein son desencadenantes de redes asociativas (las que pertenecen a la artista y las que crea la persona que los mira). Siguiendo esta línea de pensamiento, pueden actuar como “dispositivos mnemotécnicos”. Por ejemplo, mi escritorio en este preciso momento está inusualmente lleno de cosas: montones de papeles azaroso, dos tazas con restos de la noche anterior o de la mañana de ayer, post-its y libros, de los cuales recuerdo dónde he dejado uno en particular que estoy revisando (“El arte de la memoria” de Frances Yates) porque recuerdo que tiene una mancha de café en la tapa. Así que, de este modo, la mancha es el objeto físico que contiene la memoria del lugar, como la mano ondulada que se cuela en “Sugar and Spite”.

 

Cristina Ramos

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