Desde la antigüedad, las personas hemos tratado de encontrar formas de escapar del mundo que nos rodea. Siempre nos ha producido una gran satisfacción el hecho de abandonar lo terrenal para adentrarnos en mundos desconocidos ya sea gracias a un buen relato, una canción, una obra de teatro, un poema, una película… Todas estas manifestaciones puramente humanas, no son más que evoluciones más o menos sofisticadas de las primeras historias que contaban nuestros antepasados prehistóricos junto al fuego, y que hacían revivir al resto de miembros de la tribu las apasionantes peripecias de la última cacería.

Una de las últimas formas que ha adoptado el arte de contar historias en nuestra sociedad es la de los videojuegos. En ellos el espectador pasivo se transforma en jugador activo y pasa a poder intervenir con libertad sobre los hechos que suceden a través de las distintas pantallas que conforman la historia del juego. Estas aventuras virtuales inspiran a Mira Makai (Budapest, Hungría, 1990) hasta tal punto que la creación de un universo ficcional propio se ha convertido en el eje principal de su práctica artística.

La primera exposición individual de la artista en la galería L21 titulada “Chambers of Melting Sweets” nos permite adentrarnos en dicho mundo imaginario y, a través de una serie de esculturas, relieves cerámicos y pinturas conocer a los héroes y monstruos que lo habitan. Por ejemplo, “Palma Boogie” es un un tótem cerámico compuesto de tres piezas que representa muy bien el trabajo de Makai. Las formas que remiten a la mitología de tiempos ancestrales se funden con el uso de colores vivos y sonrisas grotescas, alejándolo de su naturaleza sublime. Otros de sus personajes parecen estar inmersos en una batalla por algo que la artista describe como La esfera divina, “un tesoro que intentarán obtener y proteger a toda costa”.

Antes de cada contienda se hace el silencio, un silencio que nos permite asimilar lo que está a punto de suceder y prepararnos para ello. La intención de esta exposición es invitar al espectador a entrar en un lugar único donde pueda descansar antes de enfrentarse a su vida diaria.

Enrique Suasi